Cierres de año nuevo

Una de las fotos que cuelgan en mi exposición habla de volver a los orígenes. Es una foto de mi amigo Jorge con una guitarra. Porque por mucho que le guste la tecnología, el ordenador, experimente con video, audio de todo tipo, instrumentos varios… al final siempre tiene a mano la guitarra. En su caso Las Guitarras. Es lo que yo llamo el origen, la base. Eso que te mantiene en tierra firme, por decirlo de alguna manera.

Yo este año quiero hacer esa vuelta a los orígenes en varios aspectos. Uno de ellos va a ser esta vida digital que llevo con tantos vaivenes. Que si podcast, que si boletín, que si YouTube, que si blog… Ya está bien de andar dando vueltas. Porque a mi lo que me pasa es que me gusta mucho el camino. Me gusta ver como se graba un video, como se edita, como se mejora el sonido, la iluminación, qué pasa con el audio, los leds…. Los viajes siempre me han apasionado más que los destinos.

Eso me llevó a dejar de grabar videos de la forma más natural. Sin dramas, sin despedidas, o eso creo recordar, porque tampoco miro mucho al pasado. Esa etapa acabó y la disfruté. Sobre todo las entrevistas, que poco a poco fueron mejorando. Nunca dejará de sorprenderme la generosidad de algunas personas, pero esa etapa se cerró.

Hoy toca cerrar esta. Y cerrar incluso el blog. Cerrar no es borrar, es simplemente dejar de empujar, dejar de publicar. Para mi el blog siempre fue mi vía de escape. En cierto modo muy anónima, aunque nunca me ocultara. Una forma de dar rienda suelta a mis inquietudes, preocupaciones, pasiones… Nunca pretendió ser de masas, nunca me lo plantee ni como obligación ni como un propósito de conseguir algo en plan “tengo un blog sobre…”. Soy demasiado inconstante. Lo mismo me da por la domótica que por la fotografía, la programación, la IA…. así voy pasando de blog en blog y de pasión en pasión sin constancia. 

Pero como te digo, todo esto parte de la misma base: el blog como vía de escape. Sin compromiso de publicación, sin buscar seguidores, mi diario personal lanzando entradas como mensajes en botellas sin saber donde acabarán. Y a esto vuelvo: al blog.

De la forma más sencilla que sé, sin pretensiones, publicando cuando me apetezca porque me apetece. Sin obligarme a nada ni retener nada para reservarlo para el boletín semanal. Igual pasan semanas sin escribir, pasan meses o me encuentras publicando cuatro veces la misma semana. 

También vuelvo a dagarin.es, la que durante tanto tiempo fue mi casa. Una plantilla sencilla y básica sin más pretensión que ser el lugar donde publico. Sin demasiados refinamientos. Simplemente una web sencilla donde ir publicando. No corras a buscarla, aún no está, pero desdemipuntodevista.es desaparecerá cuando caduque el dominio. En estos días que tengo más libres haré la migración a dagarin.es y publicaré un saludo.

Me voy a tomar la libertad de apuntarte a blog. Ya que estás aquí quiero pensar que te interesa lo que cuento, así que con esa suscripción, por supuesto gratuita, recibirás cada entrada que publique en tu correo. Insisto: no esperes constancia pero si creo que encontrarás algo más de autenticidad, volveré a ser yo. Y por supuesto, siempre puedes darte de baja con total libertad.

Y siguiendo con este refinamiento de redes, voy a desconectar las redes sociales de los post. Mis redes serán algo aparte. Tengo pensado mantener sólo Instagram para ir subiendo fotografías chulas que haga. El resto irá en historias o estados de guasap. Poco más, que no es poco. 

Volver a los orígenes, cuando Internet no era lo que es hoy. Cuando no todo era monetizar, rentabilizar, tener un propósito y un fin. Volver a esa burbuja pequeñita que tenía y no dejar que me coma tanto tiempo. Ser más selectivo con dónde dedico el poco tiempo que tengo libre.

Lo sé, no es la primera vez que lo digo, pero espero que esta vez esto si se convierta en un propósito que consiga y no en un deseo escrito en un boletín de domingo.

Y ya puestos, hablando de deseos, como cada año te deseo lo mejor para este que entra, que disfrutes las fiestas todo lo que puedas y que nos sigamos leyendo. Y como siempre digo también, siguiendo las costumbres de Arguiñano, mis más sinceras disculpas si en algún momento te he ofendido o molestado con mis palabras. Te aseguro que nunca fue mi intención pero oye, quien mucho habla a veces se equivoca.

Nos leemos pronto en dagarin.es

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