Gentrificación con forma de café

De percherleros y la gentrificación

Buenos días de domingo. Hoy paso de hablarte del tiempo, del otoño, del frío o del calor. Esto es un poco locura. De hecho, el otro día sentí mucha pena porque estaba paseando a eso de las 8 de la tarde, a 31º de temperatura, con un Terral digno de la feria de agosto y me cruce con varios puestos de castañas. Pobres castañeros y castañeras. Que bonitos eran esos tiempos en que, por esta época, te comprabas tu paquetito de castañas y lo agarrabas con las manos heladas para reconfortarte, ains. Por cierto, parece que últimamente paseo mucho por el Centro de Málaga, pero eso te lo cuento en un momento cuando hable de Gentrificación.

Primero te presento el podcast de esta semana. Como cada primer miércoles (te recuerdo que ahora publico los miércoles por la tarde, no los jueves por la mañana), ha habido un De Vocación. Esas charlas que yo tengo con gente que tiene cosas interesantes que decir.

La de este miércoles ha sido con mi tío Miguel García Muñoz, que es presidente de la Peña Perchelera de Málaga. Si no sabes qué es una peña y/o qué es El Perchel, ya tardas en ver la charla. Le damos un repaso a la historia de las peñas, su alcance y sobre todo a el barrio malagueño de El Perchel, mi barrio de nacimiento y en el que sigo viviendo. Creo.

Los problemas de que un barrio se vacíe de sus gentes para las grandes obras urbanísticas que vertebran la ciudad, el turismo mal entendido y sobre todo su historia y como era ser de este barrio. Estoy convencido de que te va a gustar. Te dejo el video y te recuerdo que, como siempre, puedes escucharlo también en cualquier plataforma de podcast. Todas las vías en desdemipuntodevista.es.

La gentrificación

Comenta varias veces mi tío en esa entrevista que la gente se piensa que el barrio del El Perchel es el Centro de Málaga y que no lo es, pero lo cierto es que está bastante cerca y se podría considerar que está en él. Y esto, como bien comenta, es un peligro para el barrio.

No es ya que un barrio deje de serlo y sea absorbido por lo que denominamos “centro”, es que además ese centro está perdiendo todo su espíritu. Lo comentaba yo el otro día en este reel de Instagram

No es sólo el idioma de los carteles, que es mucho, es que lo que se viene llamando Centro Histórico de las ciudades se está convirtiendo, como dice un amigo, en un parque temático para turistas. Comentaba una amiga en el reel que hay un establecimiento que anuncia que se hablan varios idiomas, y coloca el nuestro en tercer o cuarto lugar. Curioso.

Está bien adaptarse a los nuevos tiempos pero lo cierto es que con esa adaptación estamos perdiendo es espíritu de lo que es Málaga y lo que se supone que la gente viene buscando.

Hablo de Málaga, que es mi ciudad, pero es extrapolable al centro histórico/turístico de cualquier gran ciudad. Te pongo un ejemplo muy sencillo. Todos sabemos que en México la comida es picante. Se supone que si vas a un restaurante Mexicano o visitas Mexico quieres encontrar esa experiencia. Por supuesto nuestro paladar no está acostumbrado y sufriremos mucho más que ellos, pero se supone que esa es la gracia. Si por contentarnos a los turistas, van reduciendo el pique y van echando sólo un poquito de algo para que parezca que pica, nos perderemos la experiencia.

Lo mismo está pasando con las experiencias típicas de Málaga. Aquí somos muy de barra, en general. De tascas donde estar de pie o en taburetes altos y donde te ponen unas aceitunas con la cerveza. De sitios relativamente “cutres”, entendido desde el cariño. Lugares como la Casa del Guardia. Somos de tomarnos un mitad, un sombra, una nube, un manchado o un cortado, no un Latte chai mocca capuchino con leche de avena hidrogenada y un hada dibujada en la espuma.

Somos de tomarnos un espeto en la playa, porque no es sólo que las sardinas estén espetadas, es ese aroma de salitre que las envuelve mientras se hacen, esa brisa mientras te las comes y ese poquito de arena que te comes mientras las masticas.

Y todo eso, poco a poco, se va perdiendo. Ya vamos a tener que aprender inglés para poder saber donde nos metemos. Y por supuesto tener el poder adquisitivo de un crucerista para poder permitirnos un sencillo café con su mollete de zurrapa en el centro.

Lo comentaba acertadamente mi tío: la gentrificación. La gente se está teniendo que marchar de sus barrios de siempre a las afueras porque sus barrios se están convirtiendo el parques de atracciones. El problema es que cuando el centro de Málaga sea como el de Madrid, Paris, Londres, Berlín… sólo les quedarán los monumentos y cuando eso se puede ver por internet…. no sé.

Gentrificación con forma de café

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