Buenos días de domingo. Hoy debería dar las felicidades atrasadas a las Pilares, que ya sabes lo que se estila aquí en España felicitar las onomásticas más destacadas. Lo que pasa es que cada día hay alguna onomástica y como me parece injusto felicitar sólo los santos más destacados, pues prefiero no felicitar ninguno. Eso sí, felicidades un pelín atrasadas desde aquí a mi Pilar favorita pero no por su santo sino por su cumple, que 27 primaveras no se cumplen todos los días. ¡Felicidades, Pilar!
Y ahora, antes de hablarte de eso de la conciliación laboral, el habitual repaso a podcast de esta semana.
Esta vez te he hablado de el Caso Nevenka, que fue bastante sonado allá por los primeros 2000, volvió a sonar con el documental de Netflix de hace unos 3 años y vuelve a estar “de moda” por la película que ha hecho Icíar Bollaín con el beneplácito de la propia Nevenka Fernández, protagonista de la historia. Es un caso que desde que se conoció me ha llamado mucho la atención y te lo explico en el post de esta semana.
Te lo dejo en Youtube y lo puedes encontrar en cualquier plataforma de Podcast.
La conciliación “laboral”
Y ahora voy con el tema de la semana, que espero que no levante más ampollas de las justas: la conciliación laboral. Una reflexión sencilla que hago en voz alta a ver qué opinas tú.
Cuando escuchas conciliación laboral estoy seguro de que lo que te viene a la cabeza es “conciliación familiar”. Permisos de paternidad y/o maternidad, ayudas escolares, guarderías gratuitas o concertadas… todo lo que tenga que ver con las familias. Que se pueda formar una familia sin tener que renunciar a una vida laboral. Y me parece de verdad estupendo. Hay que fomentar la natalidad y todas esas cosas pero… ¿Y los que no tenemos familia, ni planes de tenerla?
Los que decidimos tener una vida en soltería, sin hijos, porque nos apetece o porque no hemos encontrado esa persona con la que organizar esa vida en familia. ¿No tenemos derecho a conciliar trabajo y vida? Que el trabajo hay que tenerlo, pero la vida más allá de esas horas es necesaria para estar bien física y mentalmente. Incluso para poder rendir en el trabajo.
Horarios flexibles, reducciones de jornada, permisos para acompañamiento de mascotas… No pido ayudas ni dinero, sólo que también podamos tener opciones poder flexibilizar horarios, por ejemplo. Que quien vive sólo y tiene un horario largo tiene complicado que le monten en casa la fibra, por decir algo. Ese tipo de ayudas que no supongan un coste para el estado pero que si posibiliten esa vida en soledad sin tener que andar molestando a nadie.
Se debería dejar de pensar en la conciliación laboral como en conciliación familiar y que no se excluyera de esto a tantos que optamos por no crear una familia. Y ojo, que cada día somos más.
Reflexiones de domingo, ya tu sabes.