Hay cosas que alcanzan una popularidad inexplicable. Surgen de la nada y poco a poco se convierten en algo que todo el mundo conoce y de lo que todo el mundo habla. Posiblemente a muchos de los jovenzuelos y jovenzuelas que pasáis por este humilde blog no os sonará el título de este post, pero si ya tenéis un tiempo en esto de internet, o incluso si lleváis un tiempo trabajando en ambientes donde hayan ordenadores, seguramente lo de El Tratado del Marrón os haya sacado una sonrisa.
Si, os traigo un documento histórico, uno de esos incunables que posiblemente muchos tengáis en algún rincón perdido de vuestros discos duros, que habrá pasado por todo tipo de soportes digitales posibles. Son de esas chorradas que se guardan porque siempre te gusta tenerlos cada vez que los encuentras revisando el ordenador lees un poco y te echas unas risas. Y si por lo que sea lo habéis perdido, seguro que os alegrará volver a encontrarlo.
No se sabe de donde salió cuanto hay de verdad en este estudio desarrollado en la universidad de Brownachussts bajo la dirección de los catedráticos J. Esparzin y P. Runaway para intentar establecer la Teoría Unificada del Marrón. Si, más o menos así empieza. Os dejo con la definición del Marrón y algunas de sus características. Es tan sumamente reconocible todo. Y esto es sólo el comienzo. Términos como Brown Zone, Flashing Brown, Last-time Brown o Brown Dispatcher se convertirán en algo habitual en vuestra cabeza y perfectamente detectable en vuestros trabajoa.
Al final tenéis el link para bajar el PDF completo. De cara al fin de semana, es una lectura muy recomendable.
1. Definición de marrón
Marrón: m. fig. “Dícese de aquella tarea, cometido, encargo o situación que resulta desagradable, tediosa o incluso ingrata para el que la ha de desempeñar o soportar. Aplícase también este término a aquella ocupación que, aún no siendo ella misma molesta, si lo son sus condicionantes y situación, tales como tiempo para realizarse o tipo de persona que la solicita”
En resumen: Un marrón (brown) es todo aquel trabajo que nadie desea realizar.
Dependiendo de la situación desde la que se observe, el marrón puede tomar distintas connotaciones:
Desde el punto de vista del jefe: Es aquella tarea de suma importancia para el desarrollo estratégico de la empresa que ha de ser realizada con el máximo esmero y en el menor plazo posible.
Desde el punto de vista del empleado: Es el hartarse a currar, normalmente como consecuencia de la última idea genial del jefe, con un trabajo que no suele servir para nada, pero que debería estar listo ayer.
1.1. Agravantes que pueden darse en un marrón
Urgencia
Nocturnidad
Alevosía
Recochineo
Inutilidad
1.2. Cómo reconocer un marrón
En general, los marrones se reconocen inmediatamente, pero por si el lector es aún novato en estas lides y tiene dificultades en reconocerlos, se dan a continuación algunas pistas:
Introducción: Por regla general, la introducción del marrón suele llevarse a cabo por medio de frases del estilo de: “Oye, tú no tienes nada urgente que hacer, ¿verdad?” o “Mira, ha surgido una cosa que hay que resolver esta misma tarde”
Síntomas: Una vez que el marrón ha caído encima, se le puede reconocer por los siguientes síntomas:
- Nerviosismo y desasosiego
- Ojeras, dificultad para conciliar el sueño
- Mala leche, en función del tipo y plazos del marrón
- Incremento desusado en el número de visitas que tu jefe hace a tu puesto para ver “qué tal”
- Aumento alarmante en el consumo de café
- Salida de la oficina a horas intempestivas con la inquietante sensación de que uno va a casa de visita.
La prueba del nueve: Si, pese a las indicaciones anteriores, el lector aun no tiene claro sí lo que le ha caído encima es un marrón, puede llevar a cabo la llamada prueba del nueve del marrón: solicítese ayuda a un compañero referente al marrón objeto de sospechas. Si el compañero responde con alguna de las siguientes evasivas: “Es que yo no sé nada de eso”, “Es que estoy muy ocupado” (cuando ostensiblemente se ve que no está haciendo nada) o “Mira, a mí no me líes”; puede estarse plenamente seguro de que uno se está enfrentando a un auténtico y genuino marrón.
Etimología del marrón
Algunos enterados se conforman con explicaciones puramente etimológicas de la voz «marrón». Según ellos, «marrón», como sinónimo de «lío» o «problema de intensidad variable desde lo grave en adelante», deriva de la jerga del hampa. «Comerse el marrón» sería «ingerir o deglutir hachís (costo, consumao, ful, fulañí, goma de Oklahoma…), en cantidades que podrían ser consideradas como delito, ante una presumible presencia policial, con objeto de hacer desaparecer el corpus delicti».
Como extensión del término, cuando varios miembros de una banda de malhechores son sorprendidos en posesión de dicha sustancia, inevitablemente alguno de ellos (con evidente ánimo de escaqueo) dejaría caer la expresión «Bueno, colegas: ¿a quién le toca comerse el marrón?».
Dicho lo cual, el mejor candidato a «pringao» (dícese del que sufre tendencia browneatérica – vease más adelante) se erigiría como único propietario de la sustancia, y se declararía exclusivo responsable de la deuda que tal delito hace contraer con la sociedad.
Los restantes cómplices, eximidos así de culpa alguna (de facto y de jure) adoptarían posiciones personales que irían desde apreciaciones excluyentes del orden de «Es que fulano siempre ha sido un gilipollas», hasta el envío solidario, al penal que corresponda, de felicitaciones de Navidad o postales bananeras en diversos años sucesivos.
Uffffffffffff!!!!! Tema espinoso, especialista en «»comerme marrones»» y a la vez en «»enmaromar»» donde las dan las toman, la vida o mejor dicho algunas «»personillas»» te intenta ( …………..) póngase entre los paréntesis cualquier adjetivo. Pero la vida da muchas vueltas y los que me «»enmaromaban»» ahora están «»en mis manos»» y esto puede sonar mal, ya que no soy una persona vengativa, pero en ocasiones algunos «»marrones»» me han, hablando en plata, jodido y eso no puede quedar impune.
En fin, el que marrón me dio, marrón recibió (no todos) ya que en ocasiones un jefe o compañero, como comentabas intenta «»putearte»» y en realidad te están haciendo un favor, ya que lo que para esa persona es un «»marrón»» para mí era el paraíso, te mandaban a la otra punta de España, pensando que te «»enmaroman»» y en realidad a mí eso me encantaba.
Un saludo.
BRUTAAAAAAL!
DESCOMUNAAAAAL!!
MONUMENTAAAAAAAL!!
Hola Daniel!
Por supuesto que conozco los marrones, en casi todas sus variedades, cada día me tocan unos cuantos en el trabajo… pero lo que desconocía es que existiese este tratado que los define y explica tan bien.
Me ha fascinado tu entrada y me he sentido identificado en todos y cada uno de los puntos tratados.
Ha sido una gran entrada!
Me permites que la remita a un tumblr de humor de unos amigos?
Un saludo, y cuidado por la Sierra!
Permitido sino, señor 🙂
Espectacular!! buena descripción si Señor!!
Es genial. Tiene más años que matusalem. Ayer precisamente me tocó un flashing brown de manual, jajaja.
Besos!