Sé que suena un poco duro poner a Microsoft en el lugar de Apple a nivel de tecnología. Seguramente me tienes como un fanático de Apple que se compra todo lo que sacan y tal y cual. Razón no te falta. Te estoy escribiendo desde un nuevo iPad Pro de 11” en mi Starbucks de confianza, escuchando podcast con los AirPods, conectado a internet con mi iPhone 15 Pro Max y siendo monitorizado por mi Apple Watch Ultra 2.
Así son las cosas, voy cargado de tecnología Apple y estoy planteándome poner de mi bolsillo el dinero necesario para comprar un Mac Mini para tenerlo en la oficina en lugar del Windows porque en unos meses nuestro programa será externo y sólo necesitaremos una conexión en remoto. Sin embargo, creo que en gran medida soy así por costumbre.
Costumbre o ecosistema
Cada día escucho hablar más de ecosistema. No es nuevo, hace años que se premia mucho el ecosistema Apple. Cosas como que por ejemplo puedo copiar un texto en el iPhone y pegarlo en el iPad o Mac, que los AirPods pasan de un dispositivo a otro de manera automática sin tener que hacer nada, que si estoy navegando en el iPhone y enciendo el Mac me aparece el navegador abajo para retomar ahí el trabajo. Eso, y muchísimo más, es ecosistema. Eso es lo que hace grande la experiencia Apple para mi.
Esa integración total, los mismos programas en todos los dispositivos y, por supuesto, el iPhone. Me cuesta mucho pensar en una vuelta a android. Lo he probado dos veces. La primera desastrosa y la segunda bastante mejor, pero será que ahora lo que toco de android son móviles de gama baja o inferior, que no me hago. Cargados de publicidad, incómodos, lentos… No me veo con eso en mi bolsillo pese a ser usuario intenso de los servicios de Google.
Sin embargo, hay una sensación en mi cabeza que no se va desde hace unos meses y es de decepción con Apple. Siento que estoy acostumbrado a su sistema pero que, al igual que en su día pase de Windows a MacOS no me costaría volver a Windows. Principalmente porque en el trabajo lo tengo que seguir usando y veo como ha evolucionado y mejorado con las últimas versiones de Windows. Y lo que nos queda por llegar cuando Copilot por fin esté en Europa.
El efecto Guau
El otro día me pasó una cosa muy curiosa. Tuve que ir a la asesoría de nuestra empresa a tener una reunión para temas contables. Nada fuera de lo normal, pero en lugar del iPad me llevé la Surface de Microsoft que tengo. Por eso de que todo el mundo trabaja en Windows, iba a tener que conectarme a la oficina a través de la VPN y usar los programas de Windows que tenemos allí.
Al menos 3 personas se pararon a mirarla y a preguntarme por ella. Ese teclado con ese acabado en Alcántara, la bisagra trasera que permite usarse en diferentes posiciones, la calidad de la pantalla… Y no es la más avanzada, de hecho es la más básica. No es de los últimos modelos, pero estoy fráncamente contento con ella y producía eso que se llama efecto Guau. La gente se queda mirándola, es algo diferente. Ni siquiera un iPad produce ese efecto porque llevamos muchísimos años viéndolo prácticamente igual. Menos marcos, cambiar botón por reconocimiento facial, un teclado absurdamente caro… y ni siquiera sorprende ya. Sólo nos llama la atención a los seguidores que vemos que ahora tiene teclitas de función, que es más ligero, que… El que pasa por detrás no lo nota, pero el que pasa junto a una Surface ve un portátil totalmente diferente.
Todos los productos de Apple han perdido ese efecto guau. Ese decir “guau, que pasada” cuando los ves. Pasaba con los primeros iPhone, los iPods, los AirPods, ese MacBook Air que marcó estilo, esa manzana encendida al abrirse que se perdió por algún motivo… Si, te pones y hay mil cosas que los hacen grandes, pero no hay efecto guau.
De las gafas no es que no haya efecto guau, es que hay efecto buah. Porque esas gafas, eso, ya lo conocemos desde hace años.
Microsoft es la nueva Apple
Durante años, Microsoft ha sido el líder y Apple era la marca “indie”, ese contendiente que cae simpático. Esa marca que compras un poco para ir contra sistema. Con productos innovadores, marcando caminos a seguir. ¿Cuántos fabricantes de portátiles se sumaron al diseño de cuña de MacBook Air original? ¿Cuántos auriculares con el cable blanco salieron cuando Apple empezó a hacer esos anuncios de sus iPods con el cable blanco de los auriculares, cuando antes todos eran negros? Eso es para mi el efecto guau, ver algo que no has visto, que te llama la atención.
Yo no busco que la gente diga guau cuando vea algo que tengo, que uno ya tiene una edad en la que pasa muchísimo de lo que piensen los demás, pero es que yo quiero sentir ese efecto guau. Lo sentí cuando abrí la bisagra de la Surface y vi que la puedo dejar en la posición que más cómoda me resulte. Lo sentí cuando dejé el lápiz en la base de carga del teclado y automáticamente se dio la vuelta para poder cargarse, impulsado por los imanes. Cuando pude conectar dos monitores sin ningún problema a mi Surface y tener tres pantallas, con teclado, ratón y Windows completo.
Por eso digo que Microsoft es la nueva Apple, porque siento que, a día de hoy, es la que busca marcar esa diferencia. La que siente que Apple le ha comido el terreno y lo intenta recuperar. La que se equivoca con algún producto, la que toma decisiones arriesgadas, la que apuesta por nuevas vías de comunicarnos con el PC.
A Windows, siendo como es un sistema abierto a todos los fabricantes, le falta ese ecosistema. Se equivocó con Windows Phone y esta pagando no tener una base de móviles que apoyen su ecosistema. Está a expensas de lo que digan los demás y de conectarse como puede.
Yo ya te digo, a la espera estoy de qué ocurra con Copilot en Europa. Si por fin llega a nuestros PC’s con Windows, no descarto convertir mi Surface en mi nuevo ordenador de cabecera.
Los tiempos cambian. Y eso es bien, porque obligará a Apple a volver a ponerse las pilas, como se las ha puesto Microsoft.
Y tú, ¿Eres de Windows o de Microsoft?
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Siempre he sido de MS, Apple me gustaba, pero tenía siempre ese inconveniente de ser tan cerrado, había veces que no podía pasar un documento o un archivo a los PC del trabajo sin el tostón de transformar el trabajo, y los IPhone no me cautivan desde el 4 o 5, pero eso también es por costumbre, los Android me resultan más intuitivos desde hace tiempo, aunque los de gama baja sean muy lentos, todo es decirlo, hace mucho tiempo que veo a los de IPhone defender el teléfono solo por la reventa o el «valor añadido», y yo uso el móvil hasta que no da más de sí, con 3 o 4 años, me da igual eso, la verdad, pero bueno, cada cual, cuenta la guerra contra le viene a el, lo sabes.
Yo trabajo con PC y en casa Mac y la verdad es que ya es rarísimo que haya alguna incompatibilidad con los archivos normales. También es cierto que yo siempre me aseguro de usar programas multiplataforma porque no quiero sentirme atado a ningún sistema por si un día cambio. Alguna vez lo he hecho sobre todo en móvil, aunque ahí sí que acabo volviendo a la estabilidad de iOS, no me hago a Android, pero eso será la costumbre de cada uno. O lo que tú dices, que cada uno contamos nuestra guerra 😊
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