Aviso: igual se me escapa alguna que otra palabra malsonante, porque me tienen muy harto. Dicho esto…
No sé si es sólo a mi, pero estoy recibiendo del orden de 8-10 llamadas mínimo al día con spam. No exagero nada de nada. De todo tipo. Desde el “Te llamamos de Indeed, tenemos un trabajo fabuloso para ti, agrégame a tu guasap” hasta los que me llaman por mi nombre, saben donde vivo y se dedican a intentar engatusarme para que cambie el suministro eléctrico.
Ya no son las típicas compañías telefónicas para ofrecerte cambiar, lo que más me llegan son de eléctricas. Los muy cabrones tienen mis datos, me llaman por mi nombre, se hacen pasar por la compañía que gestiona mi contrato, como si me conocieran. Ay amigos, que cuando os pregunto cual es mi compañía no me lo sabéis decir.
Pero es que tienen los datos y si les dedicas tiempo te hablan de un descuento que tienes concedido pero que tienes que aprobar manualmente, que si te ofrecen una rebaja de noseque historia, que se vamos a unificarte varios servicios. Pero todo eso con total naturalidad, como si me conocieran. Es que me llegan a decir “Soy Menganita, la chica que TE lleva el contrato de la luz”. Con todo ese desparpajo.
Yo, sintiéndolo un poco, les cuelgo. No estoy para perder el tiempo, y no lo digo sólo ahora que ando con mi amiga ansiedad en pleno apogeo, de siempre. No tengo tiempo para dedicar a esas sandeces porque es que además, como les diga que no me interesa, han llegado a decirme que como no me interesa ahorrar. Les ha faltado decir “¿pero usted es tonto o mastica leche?”
Siempre he recibido estas llamadas, pero eran en casa, motivo por el cual ya no tengo teléfono fijo. Ahora atacan al móvil. Y lo peor es que uno no puede dejar de atender llamadas de teléfonos que no conoce. Puede ser un médico (uno tiene ya una edad en la que espera citas para revisiones y tal), algún paquete que esté esperando, mi banco de verdad para algún problema, una notificación… Hay mil ocasiones en las que te llaman teléfonos que no conoces y los tienes que atender. Pero es una de cada 100 llamadas.
Yo me he apuntado a la Lista Robinson, aunque dice que no es muy efectiva, y a una nueva lista que se llama StopPublicidad. A ver si esta es algo más efectiva porque de verdad es terrible.
Hay gente que se sorprende de que les cuelgue pero no estoy para tonterías, así de sencillo. Es su trabajo, lo sé. No creo faltarles al respeto. Ellos tienen que llamarme y yo estoy en mi derecho a colgarles. No tengo palabras malsonantes, no les insulto, no les grito… quien me llama es un currante más, como yo, pero no tengo porqué tragarme su historia.
Vuelvo al principio, no sé si es sólo a mi o a ti también te pasa, pero yo he notado un incremento brutal de este tipo de llamadas. Cuéntame como te va a ti y si has dado con alguna solución para librarte de este incordio.
A ver como me va con estas listas, en unas semanas te cuento si ha bajado el volumen de llamadas.
Por ahora, te dejo disfrutar el domingo, yo me tiro en el sofá y creo que me encontrarás allí en cualquier momento del día.
Feliz domingo.