Lo de mencionar en redes sociales

Hubo un tiempo lejano, allá cuando las redes sociales eran sociales, en los que ser guardaban normas de “Netiqueta”. Normas de etiqueta, de buenas prácticas, en la red. Era cosas muy básicas que todos conocíamos, que todos aceptábamos porque nos parecían de sentido común:

  • Una palabra en mayúsculas es como gritar así que no escribas en mayúsculas salvo que realmente quieras que se leas como un grito.
  • Escribe correctamente, con signos de puntuación, palabras completas, etc.
  • Trata a los demás con respeto, como te gustaría que te trataran a ti.
  • A los trols no se les alimenta
  • No se coge ni utiliza el “trabajo” de nadie sin mencionarlo.

Había más, por supuesto, pero estas son algunas de las básicas y me quiero quedar con la última, que es de la que te he venido hablar.

Eran tiempos donde se conocía a gente a través de la propia gente, no de los algoritmos. No había nada que te enseñara gente que te pudiera interesar, no había contenidos patrocinados, anuncios, nada de eso. Entrabas y comenzabas a seguir gente.

Buscabas a gente conocida. Amigos, familiares, vecinos, famosos… Y comenzabas a seguirles. Veías a quienes seguían y quienes le seguían, echabas un vistazo a su feed, muro o Timeline, lo que fuera, y si te interesaba comenzabas a seguirle. Esas personas recibían un aviso de que habías comenzado a seguirles y se producía el proceso inverso: miraban tu contenido, antes de que se llamase contenido, y si les interesabas te comenzaban a seguir.

Así surgían las redes y los grupos de amigos, a través de los propios amigos. En teoría, lo que deberían hacer los algoritmos.

Luego surgieron los hashtags para conocer a gente que hablaba de un tema que te podía interesar y, sobre todo, surgió el FF, el Follow Friday. Es algo de lo más bonito que recuerdo de tiempos de Twitter (siempre fui más de Twitter que de Facebook). Cada viernes, tu muro/timeline se llenaba de amigos y conocidos recomendando gente a la que debías seguir. El viernes de seguir, o algo así. Nunca me preocupe de traducirlo. Debías intentar que fuera sólo uno, aunque mucha gente se lo saltaba a la torera y ponía varios. En plan “#FF para @menganitodecopas porque es una persona que me aporta felicidad y buen rollo con cada twit”.

Así tu conocías de la existencia de alguien que quizás se te había pasado y desconocías. En resumen mencionar a la gente.

Pero como te decía al principio, era muy importante mencionar a la gente. Si cogías un twit, siempre dejabas al autor para no atribuirte mérito. Era una forma también de dar a conocer a la gente. Si compartías algo de Pepe Pérez con su nombre, la gente que te sigue veía eso de Pepe, sabía que era suyo y quizás le seguiría.

Y todo esto viene porque es una sana costumbre mencionar a la gente y atribuirle el mérito o “desmérito”. Por suerte mucha gente lo mantiene pero cada día veo más gente que no lo hace. Que comparte contenido de otros sin decir que es de Fulanitodebares. Y me parece feo. Me incomoda. Por suerte, no tengo mucha gente así en mi «entorno” de redes, pero de vez en cuando se escapa alguno. Gente que comparte en su muro cosas que he visto en otro o incluso fotos mías que he enviado con cariño sin ni tan siquiera una mención. Y molesta.

Porque uno no lo hace por ganar puntos ni créditos, pero si te ha gustado lo que te he enviado tanto como para que pase a ser parte de tu yo público en redes, ¿Tanto te molesta poner un foto de Dagarin? O gracias a Dagarin por la foto, lo que sea.

Yo nunca pongo marcas de agua y envío las fotos sin problema, pero me da cien patadas en la boca del estómago ver una foto mía en otro muro sin mención. No diré nombres, por supuesto. Por suerte no es gente cercana, pero da igual. Cercana o lejana creo que las normas de convivencia son básicas.

En fin, usted perdone este pequeño desahogo pero como me ha pasado esta semana, me apetecía compartirlo.

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