Pues ya ves, miércoles publiqué un podcast con una especie de ranking con algunas de mis fotos favoritas. Y justo voy a aprovechar este boletín para despotricar de los rankings. Estamos además a final de año y ahora se publican tropecientos de ellos.
Que si la serie más vista, los mayores fracasos en taquilla, la música que más has escuchado, las noticias del año, las personas más influyentes… Todo Internet se está llenando ya de ellos, que falta poco más de un mes y hay que hacer caja, además de tirar de nostalgia y tal.
Como te he dicho, yo voy a despotricar en general de ellos porque me parecen una soberana tontería, a no ser que hablemos de rankings empíricos. De estos que te he comentado me valen los que se basan en cifras. Lo más visto, lo más escuchado… Eso no deja de ser una lista ordenada, sin más valor que la mera curiosidad. Incluso resulta curioso, valga la redundancia, comprobar qué musica es la que uno mismo más ha escuchado. Quizás no es la que más me gusta o la que yo pondría en mis preferencias, pero quizás me ha dado por ponerla un montón de veces en verano o lo que sea.
Eso me parece en general bien. O el que te acabo de hacer, que ni siquiera tiene un orden concreto. Son mi opinión o mis gustos, sin más. El problema es cuando salen esas sesudas listas de críticos diciendo cuales son las 10 películas que no te puedes perder de 2024. O periodistas “imparciales” y te enuncian las noticias más relevantes del año. ¿Relevantes para quien?. O las personas más influyentes… ¿Para quien? Me parece que tomarse esas cosas en serio, y hay gente que lo hace, es un tremendo error, por no decir una soberana tontería.
Leía allá por el verano un artículo sobre un disco llamado Señora azul”, de Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán. Una obra maestra de 1974 que vuelve a ser reeditada con motivo de su 50 aniversario. ¿A ti te suena? A mi en absoluto. Y parece ser que a nadie, porque el disco y el grupo, cuyo nombre eran los nombres de los 4 componentes, pasó sin pena ni gloria por las tiendas españolas.
Nos cuenta el crítico erudito y experto que nadie supo ver la obra maestra que era aquel disco, que hoy en día está en todos los rankings entre los 10 primeros en los puestos de mejores discos españoles de todos los tiempos. Y oye, ni tan mal.
Para ridiculizarnos aún más a los que no lo conocemos, destaca que aquel año las listas de ventas estaban copadas por Los Payasos de la tele. Y ni tan mal tampoco. Que para todo tiene que haber. No seré yo quien diga que lo más popular, vendido o conocido tenga que ser lo mejor. Puede serlo o no, pero lo cierto es que a veces estas cosas a mi me suenan a ser un snob. De esos que miran un poco desde arriba porque ellos reconocen una calidad que se nos escapa a los de provincias musicales. No sé. Me toco la fibra ese artículo porqué entré con ganas a ver de qué hablaban y ni siquiera he llegado a escuchar el disco.
En definitiva, que los rankings no hay que tomárselos en serio. Ni siquiera los premios tipo Grammy, Oscar, Goya, Planeta… no dejan de ser la opinión de unos cuantos, ninguna verdad absoluta. Está bien revisarlos, echar unas sonrisas con ellos y listo, pero El Señor me libre de los eruditos y expertos que están por encima de los mortales. Y de sus rankings.
PD: No me he querido meter a hablar de cómo se eligen algunos premios y lo importante que es tener dinero para muuuucho marketing.