Recargarse

En estos días de puente laboral, que en muchas comunidades como la mía son 4 días seguidos, espero que te estés pudiendo tomar un buen descanso. Y cuando digo descanso no digo tirarte sólo en el sofá a ver series, que también. Digo descanso mental, de ese que te llena, que hay que sacar tiempo para recargarse uno mismo.

Ya sabes que estoy muy “zen” últimamente con eso del mindfulness, la vida tranquila en modo lento, el mar… Una cosa de esas que siempre he sabido pero que a veces no soy consciente es de como llegas a vaciarte cuando das y das de ti y recibes poca recarga. Cuando intentas pensar positivo, evitar el stress que te rodea, aportar un punto de ¿cordura? ¿calma? no sé como definirlo. Sale natural. O mejor dicho, me sale natural. Es algo que intento y no sólo por hacer el bien a los demás, como podría parecer. Lo necesito para mi propio beneficio.

Quiero y necesito que mi entorno sea agradable, que sea tranquilo y que las personas que me rodean estén bien porque eso me proporciona lo mismo a mi. Por eso me esfuerzo, aunque no siempre lo consigo, en no aportar negatividad sino todo lo contrario. A veces una risa, un abrazo, unas palabras tranquilas, una ayuda… lo que sea.

El problema de esto es cuando vas dando todo eso y, como te he dicho, no se retroalimenta. Si no vas recibiendo recargas te acabas vaciando. Si de un pozo no haces más que sacar agua se seca, eso es así. Y eso me estaba pasando a mi, que estaba cada vez más seco, con menos ganas de seguir sacando fuerzas y de ponerme las gafas de colores. 

Pero hete aquí que surge la visita de una gran amiga a Málaga a la que hace muchísimo que no veo. Demasiado. Y hete aquí que se alinean los astros para que pueda coger esos días libres en el trabajo para que podamos aprovechar todo el tiempo posible juntos, aunque ella ha venido a trabajar y tiene obviamente compromisos que atender. 

Y mira tu por donde que sales de esos días de desconexión sintiendo como tu batería se ha recargado más allá del 100%. Es más, yo no diría ni siquiera que se ha recargado, me han puesto una nueva. Y puede que más grande que la que tenía. Sólo han sido charlas. Vinos, tapas, cervezas, un Mezcal y muchísima charla. Risas, desconectar de todo, no recordar durante esos ratos ni quien soy más allá de ese momento. Vivir el momento, Mindfullness. 

Apple tradujo esa palabra en su aplicación del reloj como “Atención Plena” y no puede ser más acertada. Es estar sólo en ese momento, sin importar lo demás. No hace falta ponerte a meditar en una playa manteniendo el equilibrio sobre las puntas de los dedos. La atención plena es tener los 5 sentidos puestos en lo que te está pasando en ese momento. Nada más importa. Ni lo de antes ni lo de después. Así de sencillo.

Ya te digo que a mi esos días me han revitalizado, me han cambiado una batería que tenía agotada y ya estropeada. Y te aseguro que la gente lo ha notado hasta físicamente. 

Yo espero y deseo que puedas vivir esos momentos lo más a menudo que sea posible. Que en este puente hayas podido aprovechar para tener algún momento contigo, con tu familia, con tus amigos… y que hayas tenido esa sensación al terminar de que algo había pasado, de que te habías desconectado de todo lo demás. 

Las vacaciones tienen que ser eso, aunque sean sólo un puente. No hace falta que te vayas al otro lado del mundo. Simplemente cierra todo lo demás en un cajón hasta que termine este descanso y vive cada momento.

Hala, menuda chapa te acabo de soltar. Si has llegado hasta aquí, muchas gracias. Y como siempre, aunque no lo diga mucho, que sepas que te envío mis mejores deseos. Que todo te vaya bonito, que hayas tenido buen puente y nos seguimos viendo, leyendo y escuchando.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio