El verano y yo

Pues empezando por el principio, estoy pasándolo fatal con el calor. Siempre lo he odiado y cada año que pasa, más. Odio sudar, odio este bochorno malagueño, odio que el sol me pique mientras camino, no poder descansar bien por las noches… todo lo que te diga es poco. Nunca jamás me gustó el verano y a estas alturas de mi vida creo poder afirmar que nunca me gustará.

Esto, logicamente, tiene consecuencias en mi estado de ánimo. Me cuesta arrancar a hacer cosas. Cosas de las que me gustan, como ponerme con el ordenador, escribir, pasear, salir a hacer fotos… Sea lo que sea, me cuesta. Sólo me apetece estar tirado en el sofá o la cama con el Aire Acondicionado y el ventilador. 

Además, no descansar bien me hace arrastrar cansancio durante todo el día, aunque reconozco que mi nueva máquina contra la apnea de sueño ha obrado milagros desde la tengo. 

Sí, creo que no te lo había contado: tengo apnea del sueño. Por si no lo sabes es una enfermedad la mar de común que te hace dormir mal. Se te cierran de vez en cuando las vías respiratorias y te ahogas un poco. A veces bastante. Te despiertas si has sido un poco con un par de toses o si ha sido más grave con falta literal de aire y sensación de que te estabas muriendo. No es nada agradable. Pero con una sencilla maquinita que te mete aire a presión por la nariz para que no se te cierren las vías respiratorias solucionado. La diferencia por las mañanas es abismal porque consigues descansar mucho mejor.

Ya te digo, una enfermedad más que a mis recién cumplidos 55 años se une a la diabetes, hipertensión, colesterol, ansiedad, depresión, hernia o protusión discal (aún está por ver qué)…. una buena colección que tengo y que se quedan reflejadas cada día en mi pastillero. Y será por ver ese pastillero de señor mayor, la caló o lo que sea, cada día me pesan más todas y cada una de estas enfermedades.

Me preocupan la diabetes, que he tenido muy controlada mucho tiempo y siento que se me está yendo al garete, y la depresión. Dicen que eso no se cura, que se trata y estoy comprobando que es así. He reducido parte de la medicación para la depresión a la mitad. Muy despacio, muy progresivo, como indica mi psiquiatra, pero no he podido dejarla del todo. Noté como mi mente empezaba a caer en esos pensamientos recurrentes y negativos. 

Controlados, pero ahí están. Ese es el buen trabajo que hago gracias a las buenas enseñanzas de mi psicóloga (gracias Julia) pero aún así, es agotadora esta lucha. Hace un par de días me preguntaron si estaba bien, y respondí que no. Me dijeron. Ya, se te nota, pero poco. Lo disimulas bien. Así es esto y se me hace más fácil con un poco de medicación así que mi psiquiatra me mantiene las pastillas un tiempecito más. A ver si cuando pase el verano la cosa mejora con mi ánimo menos chafado por el calor y puedo intentar dejarlo.

No me gusta hablar mucho de ellas pero si estoy en proceso de tomar decisiones respecto a este tema. No me gusta hablarlas porque luego no se cumplen y me siento engañado por mi mismo, pero creo que son necesarias. Decisiones que igual llegan tarde pero más vale tarde que nunca. La primera consecuencia es que, salvo cambio de muy última hora, el podcasterismo se va a acabar por un tiempo. Quieras que no, pensar temas, hacer guión, editar, publicar… me lleva un ratito. Eso, unido a mi falta de ganas y al trabajo absorbente que tengo, hace que dedique más esfuerzo a esto que a cosas mucho más necesarias para mi como la salud. 

Un poco de ejercicio, que no todos los días salgo. Aprovechar, cuando el tiempo lo permita, las Meta Quest para hacer ejercicios que me entretengan. Tomar el aire. Leer cosas que no sean de tecnología o ver series con algo más de constancia. Dedicar incluso tiempo a poner en orden mis bibliotecas de fotos, mis NAS… Estás últimas partes sé que me aportarán salud mental.

Sé que algo de ejercicio físico y ejercicios mentales son necesarios para mi vida y mis enfermedades así que tengo que ponerme con ello. Darle prioridad absoluta. Hace tiempo conseguí el que trabajo no fuera mi prioridad y convertí mi ocio en mi prioridad. Ahora necesito redirigir esa energía a cuidarme. Comida sana, algo de deporte y algo de paz mental. Aunque de eso último, por suerte, tengo. Aunque a veces me asalten pensamientos que no tocan.

Y hasta aquí la chapa de hoy. No sé si te ha parecido una chapa, si te ha parecido interesante conocer cómo está otra persona o incluso si te ha animado a pensar en que situación estás tú. Igual tumbado en la playa/piscina viene bien un poco de introspección para afrontar el nuevo curso de otra manera, si es que lo necesitas. O con la convicción de que lo estás haciendo bien.

Yo te resumo todo esto en que estoy desanimado, sobre todo por el calor, en una paz demasiado irreal porque más que paz es desidia, pero con ganas de recuperar el ánimo en cuanto las temperaturas bajen de los 20 grados por la noche y los 30 de día.

Un saludo y, como siempre, nos leemos en 7 días.

Procesando…
¡Lo lograste! Ya estás en la lista.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio