¿Se ha roto internet?

¿Se ha roto internet?

Yo cada día estoy más cansado de Internet, así en general. No digo ya de las redes sociales, que hace tiempo que me quejo de ellas, es que en general me cuesta informarme en Internet.

Al menos, en la Internet libre que conocí hace un par de décadas, en la que me crié. Donde no sólo casi todo era gratis sino que la gente informaba por informar, incluso los medios y las webs. Donde no todo era un negocio. Tiempos de blogs, newsletters, los primeros videos. Incluso tiempos donde en Facebook recuperabas viejas amistades. Esos tiempos se han roto, Internet se ha roto.

¿Se ha roto el buscador de Google?

Hace unos días leí este artículo en Xataka donde desgranan las razones por las que el buscador de Google cada día da peores resultados cuando haces una búsqueda. Uno de los grandes culpables es el SEO. Search Engine Optimization, optimización para los motores de búsqueda. Es lo que toda web quiere, ponérselo fácil a Google para que te encuentre rápido y te ponga en las primeras posiciones de su ranking.

Puede haber cientos de miles de páginas hablando de la guerra en oriente próximo, las Vision Pro o el nuevo coche de Tesla. Lo que sea, miles de sitios buscando aparecer en la primera página de Google para que la gente les visite y lea la información ahí.

Porque las visitas son dinero, y hoy en día internet es puro negocio por todas partes. Por eso hay masters completos sobre SEO, sobre como optimizar tu página para aparecer ahí delante, encima del resto de contendientes. Esa es la lucha, más que tener buen contenido.

Me rio yo de todos esos «creadores de contenido» que hablan de crear contenido de valor, hacer cosas de calidad, bla bla bla. Paparruchas. Aquí lo que hay que hacer es contenido que se viralice y que Google tenga en alta estima, da igual la calidad.

Clickbait

Es otro de los grandes males de internet. La búsqueda del click por el click, la búsqueda de tu atención, de tu visita. Con trucos que ya se ven a leguas y que a mi, lejos de atraerme, me repelen. «El truco definitivo para sacar las mejores fotos con tu iPhone». «Cambié estos ajustes en mi Galaxy y la duración de la batería se duplicó». «Fecha de lanzamiento del iPhone 19».

Mentiras todas. O medias verdades algunas de ellas, pero siempre buscando llamar tu atención para que hagas click. Que el contenido sea o no de valor da exactamente igual. Lo importante es que hayas picado. O lo era, porque además ahora hay otro parámetro aún más valioso que el click: la atención.

Atención atención

Ahora no sólo se puntúa que llegues a la página, también se mira el tiempo que estés. ¿No te has dado cuenta de el montón de videos que empiezan a hacer una review o lo que sea y que rápidamente te ceban con algo interesante, como el precio, diciendo «pero eso te lo contaré luego»? Y mientras esperas, pasan los minutos o segundos, y puede que salte algún anuncio, y los algoritmos se piensan que eso te interesa, cuando en realidad sólo estás esperando que llegue el final.

Por desgracia, mucho de este contenido es puro relleno. Si más. Se nota sobre todo en los artículos. Texto que parece copiado de otra web o generado por una IA de los años 80 en plan «lorem ipsum» simplemente para rellenar y mantenerte ahí más y más segundos para engañar al algoritmo.

Como te decía al principio, una patraña todo.

Los medios tradicionales vs Internet

Nos quedan los medios tradicionales. Periódicos, radios, televisión… que cada día más buscan lo mismo. Y es que la atención es la reina de todo. Y la velocidad. Ser los primeros, da igual como, pero los primeros en informar. Cada día además usando más todos los trucos sucios que puede usar cualquier web de pacotilla para atraer clicks. Titulares que sólo te incitan al click sin darte contexto real de lo que va la noticia, informaciones incompletas con sólo un par de datos para que sepas que están ahí, muchísimo contenido de relleno, porque hay que generar contenido…

Por no hablar de los sesgos de cada medio. Que el que no tira para la derecha tira para la izquierda. O los extremos de uno u otro lado, vendiendo lo que les conviene sin ningún tipo de disimulo. Y en esas estoy, intentando averiguar como informarme, como estar al corriente sin infoxicarme, tratando de ser objetivo, queriendo leer cosas que me pongan en contexto de lo que pasa, y sin acabar de encontrar nada.

Internet está, definitivamente, rota

Ya no existe esa internet libre, donde encontrar la información es fácil, donde si buscas algo lo que encuentras es honesto y directo, escrito por alguien que da su punto de vista sin importarle nada más que compartir con el resto del mundo esa opinión. Internet se ha roto, o la han roto, a base de algoritmos, SEO, clickbait, sobrecarga de información, exceso de redes y, sobre todo, el maldito parné.

Supongo que, entre otras cosas, por eso por las noches me pongo alguna serie, veo Forjado a Fuego o leo algún libro, normalmente sobre productividad, para alejarme de eso. Porque al final… ¿Para qué? Si mi vida es mucho más pequeña que todo eso.

Me acaba de preguntar una amiga si no quiero saber la verdad del mundo que me rodea, más o menos. Le he dicho que yo prefiero la pastilla azul, la que me permita vivir en ese mundo falso pero en el que mi vida está «bien». No necesito otras luchas. El día a día ya es complicado como para andar con tonterías que, en el fondo, ni me van ni me vienen.

Ups, esto de la pastilla es carne de podcast para mañana. Quien sabe.

PD: ¿Qué tiene que ver una playa con todo lo que te he dicho? Nada de nada. Pero es que quizás le damos demasiadas vueltas a todo y lo de estar en la playa escuchando el mar es más que suficiente. ¿Qué más da el nuevo iPhone, lo que ocurre en Gaza o Ucrania, como va la amnistía o si gana Trump o Biden?

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