El iPad y yo

El iPad y yo

Ya estás avisado por lo del iPad en el título: hoy la cosa va de tecnología así que puede que te alegres mucho o que ahora mismo estés abandonado la lectura. Me alegro o lo siento, según te toque, pero no me negarás que soy claro.

Otra cosa que creo que también tienes ya claro es que si te hablo de tecnología no te hablo de megapixels, cores, nits, megahercios… lo que yo te cuento es lo que yo vivo con la tecnología y, hoy, lo que vivo con el iPad. No sé si eres fan de la tablet de Apple, si no sabes de lo que hablo o si lo odias, conozco gente en cualquiera de los 3 grupos. Yo te confieso que tengo una relación más que extraña con este dispositivo desde el mismo momento en que se presentó allá por enero de 2010. Y si quieres comprobarlo, pincha aquí y podrás leer lo que escribí.

Mi visión del iPad

Ya te digo que desde el día 0, antes de tocarlo por primera vez, le cogí manía. Un iPhone grande le decía en ese post. Lo traté francamente mal, no me gustaba el concepto, me decepcionó el producto, no le veía utilidad. Lo que ocurrió a continuación no te sorprenderá: me lo compré el mismo día del lanzamiento. (Disculpa la falta de fotos, despistes que uno tiene).

Desde ese primer día hago memoria y creo que he tenido 5. El original, un mini, un air cuando salieron sin ser lo que era, el air que tengo actualmente y un pro que apenas tuve 2 días y devolví. Esa es mi relación con el iPad, extraña, pero continua. Un quiero y no puedo, un sé que no lo necesito y que no le saco apenas partido, pero no quiero estar sin él. Es esa tableta que tienes a mano cuando no te apetece encender el ordenador, ese dispositivo que te sirve para tomar notas rápidas en una reunión (bendito Apple Pencil), es portátil que te llevas cuando no necesitas el portátil. Es sin duda un dispositivo extraño para mi pero del que no quiero carecer.

Que NO es un iPad

Por mucho que se empeñe Apple, no es el sustituto de un ordenador, ni de lejos. Y no por falta de potencia, tiene más que de sobra, pero como dice el gran Emilio Cano, le falta software. Mejor dicho, sistema operativo. Le falta una forma de trabajar cómoda, que no esté anclada a esos iconos casi fijos que tiene el iPhone, necesita una revolución en su forma de utilizarse que, por más que intenta reinventar Apple, no consigue que aparezca.

Y es que de verdad que lo tiene fácil, sí lo que yo de verdad querría es un MacBook Air Touch, un portátil con pantalla táctil. Que esa pantalla táctil sea un complemento al manejo, no su forma principal de uso. Y hasta que ese sistema no cambie, obligándote a estar continuamente tocando la pantalla y con mil limitaciones en la forma de organizarte, seguirá siendo un seiscientos con motor de Ferrari. Por mucho que quieras hacerlo correr, las ruedas, volante, aerodinámica… no acompañan y no te van a permitir sacarle el jugo real.

El iPad y yo

Y vuelvo a la cuestión inicial: el iPad y yo.

¿Tengo un iPad? Sí. Y estoy muy contento con él. Lo uso en el trabajo, en casa, en movilidad, para los De Vocación… me encuentro muy cómodo con él y cada día lo uso más. Junto con una aplicación para las notas con el lápiz se me ha hecho imprescindible en el trabajo. En casa no he encontrado mejor herramienta para editar con Lightroom, al menos el retoque que yo hago, que sé que no es el más intensivo.

¿Cual tengo? Pues el iPad Air básico de hace 3 años y medio. Con su memoria básica, su tamaño pequeño y en azul. Por supuesto un iPad Pro es una auténtica bestia tanto en precio como en prestaciones que se me va totalmente de las manos y que sería como comprarme ese Ferrari que te decía para ir y venir al trabajo. De hecho, ya creo que es un coche bastante grande para el uso que le doy, pero me da lo que necesito y que yo siga contento con un cacharro electrónico y usándolo cada día tanto tiempo después, es señal de que es un gran «coche».

¿Me voy a comprar el nuevo? Pues es más que probable, que quieres que te diga. Por cuestiones técnicas que ya te dije al principio que no te iba a comentar para no calentarte la cabeza. Si quieres saber cosas técnicas, tienes ya cientos de análisis exhaustivos en webs, podcast, canales de YouTube. Sólo te diré que de nuevo opto por el Air básico, que ya es mucho más potente que el que tengo ahora y sé que me va a durar mínimo otros 4 años. El actual se queda. Tengo ganas de tener uno en el trabajo y otro en casa donde no se mezclen ambas «vidas». Y para lo que me dan por él, prefiero no complicarme.

¿Te lo recomiendo? Nunca. Jamás. Nunca le diré a nadie que se compre un iPad, que lo va a disfrutar, que le va a gustar, que… Nunca. Mi relación es lo bastante tormentosa con este dispositivo como para recomendarlo. Creo que los que queremos uno, lo sabemos. Punto. Si tienes dudas, pienso que debes desecharlo. No busques un ordenador nuevo porque no lo es. No busques en el iPad una tablet para jugar porque una Xiaomi de menos de la mitad del precio te va a hacer lo mismo. Igual que para ver videos o navegar por internet.

¿Qué me aporta a mi? No lo sé, pero aquí me quedo tras darle a publicar terminando de decidir si me compro el de 13 pulgadas o el de 11. Es mi única duda.

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