Gran Hermana Europa

Gran Hermana Europa

Se habla en la prensa de que Europa está cerca de aprobar el eIDAS 2, algo así como el reglamento europeo para la identidad digital, autorización y servicios de confianza. Algo así como una mezcla entre el certificado electrónico y las carteras digitales de pago de los móviles. Algo así como un sistema para que los estados puedan hacer lo que llevan años intentando que no hagan las empresas particulares: controlarnos. Bienvenidos a Gran Hermana Europa.

La idea de tener en un solo programa/aplicación/servicio toda nuestra información unificada y válida en toda la Unión Europea suena bien, en abstracto. Nuestro DNI, carnet de conducir, recetas médicas, tarjetas de crédito, cuentas bancarias, historial de salud…. En definitiva, como decía aquel anuncio, todo todo todo. Muy práctico tanto si viajas por Europa como si te quedas en tu país.

La Unión…

¿Cuantas veces te has tenido que pelear con diferentes organismos oficiales para enviar facturas electrónicas, solicitar certificados de tal o cual cosa, pedir una cita para un médico, pagar una multa…? Cada organismo es un caos y cada uno su propio caos. Hablo por supuesto en España, pero algo me dice que no será muy distinto en el resto de países de la Unión Europea.

Y está muy bien que Europa se preocupe por facilitarnos la vida. Tengamos en cuenta que esto haría que cuando estemos en Dinamarca, por ejemplo, podríamos identificarnos con nuestro dispositivo para acreditar edad, que tenemos carnet de conducir en vigor y que estamos vacunados contra la covid, por ejemplo, sin tener que pedir nada especial para cada país.

Pero…. siempre hay peros. Te puedes imaginar cual es uno de los principales peros: cualquiera tendrá a un sólo click toda esa información sobre nosotros. A un sólo vistazo de nuestra cartera digital. Esto presenta varios problemas. Siempre teniendo en cuenta la redacción actual del proyecto, que puede cambiar antes de aprobarse, hay varios problemas.

… Europea, ¿hace la fuerza?

Un gran poder conlleva una gran responsabilidad, ya lo decía el tío Ben. Y precisamente eso parece estar faltando en la Unión Europea a tener de lo que leo. Ni soy un experto en ciberseguridad ni voy a ponerme aquí con tecnicismos, ya sabes que no es lo mio, pero todo lo que leo de expertos en la materia dice que todos los sistemas de seguridad son claramente insuficientes para la magnitud de información que puede conseguirse y el atractivo para hackers.

De un plumazo, a través de una brecha que encuentren, pueden tenernos a su merced. Hablamos de nuestro dinero, nuestra salud, nuestras aficiones, cuando estamos en casa o no. Insisto: TODO. Pero lo realmente grave es que en este sistema se están asegurando poder instalar una puerta trasera.

La puerta trasera

Explicado de la forma que yo lo entiendo, que vengan expertos y nos lo cuenten mejor, un certificado es algo que emite una entidad privada que asegura que tú eres tú y que con quien estás hablando es quien dice ser. Esos certificados son los únicos que conocen las identidades y los contenidos. Salen de tu ordenador codificados y sólo los puede decodificar el sitio al que va destinado.

Esto, que parece muy tonto, asegura que ni espías, ni estados, ni hackers puedan ver una conversación que mantienes por guasap donde, en teoría, sería seguro hasta compartir una contraseña porque sólo lo verías tu y la persona a la que se la mandes. Por eso la Unión Europea se empeña en los standards, porque son controlables por ellos. Quieren que tengas que instalar unos certificadores en tus dispositivos para codificar tus comunicaciones que ellos autoricen. ¿Para qué? Pues para pedirles que te manden las claves y poder espiarte.

Sencillo. Paranoico. ¿Cierto? No lo sé, pero es una posibilidad que no me gusta.

Los años me van cambiando

A mi este afán por la anarquía, por no querer estar controlado por nadie, no siquiera el estado, me está llegando en una muy tardía crisis de los 50. Cosas que pega hacer con 20 años mientras fumas hierba y bebes de todo yo lo pienso ahora que la única droga que tomo va con receta médica.

No me gusta ponerme dramático pero cada vez me gusta menos tanta conexión. Cada día estoy más cerca de alejarme de todo, vivir tranquilo en una casa cerca del mar y desaparecer de toda esta vorágine. Estoy volviendo a sacar dinero del cajero y pagar en efectivo, como los abuelos (en realidad casi tengo edad de ser abuelo). Somos tan controlables y tan manipulables que a veces me da miedo. Tanto que prefiero no pensarlo, pero hoy me he dejado llevar por estas historias de la Gran Hermana Europa.

Y desde luego, cada día estoy más en contra de la Europa que se ha creado. Lenta, burocrática, arcaica, anclada a tiempos y normas que parecen sacadas de tiempos del Imperio Romano, incapaz de legislar a tiempo y que, cuando llega, suele ser tarde y mal.

¿Y tú? ¿Piensas en estas cosas o te dejas llevar? ¿Te dejas llevar, sabiendo los riesgos? ¿Estás pensando en ponerte papel de aluminio en la cabeza? Ya sabes, los comentarios están abiertos.

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